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Un concierto sin límites, historias de tres artistas ejemplares

 

Por Miguel Alonso Rivera Bojórquez

 

La soprano Betsabé Urdapilleta, el tenor Carlos Alberto Velázquez Acuña y la pianista Andrea Alvarado Galindo irradian una enorme luz, están llenos de fe y una voluntad imbatible. Las historias de estos artistas que protagonizarán el “Concierto sin Límites” no solamente nos muestran la energía espiritual, de personas que vencieron la adversidad, sino el ejemplo de seres humanos ejemplares que cada día hacen realidad lo que para la mayoría resulta imposible. Son jóvenes que se han unido para brindar un espectáculo inolvidable.

Son artistas con condiciones especiales, y cualidades extraordinarias, enamorados de la ópera.  Carlos Alberto y Andrea son invidentes, “Betsy” –como cariñosamente le llaman- nació con una malformación en sus dos brazos, muy cortos para el piano, pero con la longitud adecuada para tocar el alma.

 

“Betsy” se enamoró de la ópera cuando escuchó de pequeña a “la Divina”, cantante griega, María Callas. Sin embargo, aunque tiene una voz excepcional no le fue fácil cumplir su sueño de ingresar en el Conservatorio Nacional de Música debido a que no podía cumplir, con la asignatura de piano, por la malformación de sus brazos. Tuvo que insistir dos años y lo logró: hace un año egresó como concertista con licenciatura de cantante de ópera. La mitad de sus treinta años han sido de preparación constante para ser cantante de ópera. Comenzó a estudiar a los quince años de edad con la maestra Alicia Torres Garza, famosa y reconocida soprano titular de la Academia de Canto del Conservatorio Nacional de Música.

“Betsy” está convencida de que Sinaloa ama el ópera, prueba de ello el Concurso de Canto de Enrique Patrón de Rueda que reúne a las mejores voces.

En esta ocasión, con su amplio registro y hermoso timbre, Betsabé Urdapilleta interpretará en el “Concierto sin Límites” el aria “O mio babbino caro” (Oh, mi querido papá).

“Lauretta –comenta sobre el argumento del aria- le pide a su padre que la deje ir al Ponte Vecchio porque le quiere comprar un anillo a su novio Gianni Schicchi, un hombre que es mucho mayor que ella. El padre se opone porque ella está muy pequeña. Ella hace un berrinche y le dice a su padre: ¡Oh, papá querido, déjame ir! Si no me dejas ir me voy a tirar del puente y quedaré muerta de amor. Ante ello, el padre accede. La gente se sigue enamorando y sufriendo de amor, así seguirá siendo por los siglos de los siglos. Por eso, la ópera habla de amor y desamor, porque son esos sentimientos humanos los que mueven montañas”.

“Nuestro concierto no tiene límites porque el público puede reír y llorar, disfrutar. Muchas veces nos dicen cómo vestir, qué comer y nos ponen límites a nuestra personalidad y nos van limitando, el arte nos enseña a ser personas libres, felices y sin límites, a hacer lo que te gusta y a que tu alma y tu corazón se alegren de explorar la vida”, dijo.

“A esta sociedad le falta ver soluciones donde hay problemas, en la historia existen conflictos que permanecen miles de años. ¿Qué conflicto es tan grande que perdure?, lo que perdura es la mala actitud y no ver miles de posibilidades. Las personas se casan, maniatan y regocijan con sus conflictos, en lugar de explorarlos y resolverlos”, subrayó.

 

Carlos Alberto Velázquez Acuña fue un bebé sano, pero nació prematuro a los siete meses de gestación. En la incubadora sufrió retinopatía de la prematuridad lo que le ocasionó ceguera total. A sus padres les hicieron la recomendación de tranquilizar al bebé, condenado a una oscuridad perpetua, poniéndole música clásica. Al comprar los discos en la tienda del pequeño pueblo de Chihuahua donde vivían, sin distinguir la diferencia, el destino los hizo elegir la ópera. De esta manera, Carlos Alberto creció enamorado de la ópera y de la vida, superando los desafíos y obstáculos que enfrenta una persona invidente. Al año ya cantaba y soñaba con ser tenor. A los cuatro años soñaba con conocer al tenor italiano Luciano Pavarotti y cumplió su sueño en Chichén Itza, Yucatán. Fue a una escuela regular y practicó varios deportes, pero lo que más le apasionaba era cantar como los grandes tenores. A los diez años de edad, Pavarotti lo recibió en su hotel el 13 de noviembre de 2003 después de dar un concierto en Guadalajara. Ese día, Carlos Alberto le cantó a Pavarotti “Granada” y “La Donna e Mobile”. A los quince años, le cantó al tenor español Plácido Domingo. Carlos se dice sinaloense por adopción porque Sinaloa le ha dado todo. En 2013, audicionó con el barítono puertoriqueño Carlos Serrano, director fundador del Taller de Ópera de Sinaloa. Aquí conoció al sinaloense Enrique Patrón de Rueda, el concertador mexicano en activo que más ópera ha dirigido dentro y fuera de México; a Gordon Campbell, fundador y director titular de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes (OSSLA); a Marcela Beltrán Morena, Directora de Escena del Taller de Opera en Sinaloa y al tenor David Ramírez, director artístico del Coro de Ópera de Sinaloa.

Fue así como obtuvo su primer protagónico con La traviata, obra maestra de Giuseppe Verdi. La música lo llevó a superar su problema físico y ha viajado a diversas partes del mundo. Parafrasendo la frase italiana “piano piano si arriva lontano” (poco a poco se llega lejos), Carlos Alberto sostiene que alcanzar los sueños no es una carrera de velocidad sino de resistencia, sin prisa, pero pisando fuerte.

“La música me ha dado muchas gratificaciones, la bendición de estar en el lugar y momento correcto, y si no, busco estar. Hay que buscar las oportunidades y picar piedra porque las cosas no llegan solas. No podía esperar en mi casa para que me llamaran para cantar. Si buscas es que crees en ti y en lo que haces”, expuso.

“Hay que ser agradecido –advirtió-, ASES me dio su apoyo y ahora me toca retribuir porque hay más gente que necesita y merece cumplir sus sueños”. Sobre las canciones que interpretará en el “Concierto sin límites” dijo que algunas son difíciles pero encierran un mar de emociones: “no hay límite para sentir sufrimiento, amor, gozo y el placer de estar vivo”.

 

Andrea Alvarado Galindo ama la música y a Dios. Su enseñanza musical inició cuando en el kínder sus manitas comenzaron a recorrer un teclado. A los seis años ya se había convertido en pianista y empezó a estudiar el instrumento. Laura Díaz fue su maestra en primaria y Omar Carrasco en secundaria.

Andrea, con el apoyo de sus padres, aprendió a desarrollar actitudes y valores que la ayudaron a superar sus desafíos.

El 21 de septiembre del 2007, en segundo de secundaria, adquirió el amor a la ópera. Quizás presenció una opereta que la cautivó, género musical derivado de la ópera. En esa fecha, la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes (OSSLA) presentó un concierto extraordinario tipo zarzuela “La verbena de la Paloma”. Una ópera musical y animada donde se narra una trama fuera de lo común.

Desde el 18 de agosto de 2014 estudia alemán y hace un año recibió su título de licenciada en educación musical con especialidad en piano. Con esa pasión ganó el segundo lugar en el Concurso Internacional de Canto para Ciegos y Débiles Visuales.

Desde febrero de 2016, toca el piano y canta en la Parroquia del Espíritu Santo, cariñosamente conocida como la Iglesia del Padre Cuco.

En el “Concierto sin Límites”, Andrea interpretará dos piezas románticas, una del compositor mexicano Manuel M. Ponce y otra del más grande compositor del romanticismo austriaco, Franz Schubert, estrella del siglo XIX.

“Nosotros somos personas especiales y Dios nos dio un Don, y a pesar de que tenemos una limitación física Dios nos dio una capacidad extraordinaria, nos puso una prueba. Este Concierto sin Límites es un evento emblemático que demuestra que somos grandes artistas porque no tenemos límites y somos motivo de inspiración para otras personas”, dijo.

 

Los personajes de estas historias tienen muchas metas y sueños por realizar. Quieren seguir siendo la inspiración de más seres humanos que se ponen límites a sí mismos, sin explorar las infinitas capacidades que tenemos todos como personas. Estos artistas, ejemplos de valor y resistencia, estarán dirigidos por el director de orquesta y pianista, Ángel Rodríguez.

“Son historias inspiradoras, que infunden valor para enfrentar los retos de la vida y buscar la felicidad”, expresó la Lic. Rocío Isabel Labastida Gómez de la Torre, Subsecretaría de Vinculación Social de la SEPyC y creadora y fundadora del Programa ASES. “Cuando las personas quieren lograr sus objetivos no hay límites, ellos son el testimonio vivo de que seres humanos con talento y valentía pueden superar la más grande adversidad y salir adelante, ellos lo han logrado”, dijo.

Definitivamente, Betsy, Carlos y Andrea son ejemplos de vida, artistas sin límites. Su mensaje es claro: no debes perder la fe ni abandonar tus sueños. Tu vida será lo que  hagas con ella.

 

*E-mail: correo@miguelalonsorivera.com

https://twitter.com/Miguel_A_Rivera

https://www.facebook.com/miguelalonsoriverab

 

Este artículo se puede reproducir con el crédito del autor y citando la fuente de origen.

 

Recuadro:

CONCIERTO SIN LÍMITES

El Concierto sin Límites se celebrará en el Auditorio del Parque Temático hoy viernes 30 de junio de 2017, a partir de las 20:00 horas. El boleto cuesta 250 pesos y es en beneficio del Programa de Apoyo a Estudiantes Sobresalientes en Sinaloa (ASES).

La venta de boletos es en el Centro Cultural del Magisterio Sinaloense “Profa. Agustina Achoy Guzmán”, conocida cariñosamente como “Casa Achoy”, ubicada en Calle Cristóbal Colón y Avenida José María Morelos y Pavón, Centro Histórico, Culiacán, Sinaloa, y se cuenta con el teléfono 7164282 o a los celulares 6672642605 y 6673225376 (WhatsApp).

Participan en la organización SEPyC y Junta de Asistencia Privada Sinaloa, a través de Amigos del Talento en Sinaloa, I.A.P. y el Centro Cultural del Magisterio Sinaloense “Profa. Agustina Achoy Guzmán” con el apoyo del Instituto Sinaloense de Cultura y el Parque Temático.

 

https://www.youtube.com/watch?v=J3DHz6cdy48&feature=youtu.be

 

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